¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas personas llegan puntuales a la escuela, al trabajo o cuándo quedan con sus amigos? Algo tan cotidiano como llegar puntual implica un uso adecuado de las funciones ejecutivas. Cuando estas fallan, nuestra conducta no será eficaz y nuestras metas no se cumplirán. Pero… ¿Qué son las funciones ejecutivas?
Las funciones ejecutivas pueden definirse como el conjunto de habilidades cognitivas implicadas en el razonamiento y la resolución de situaciones novedosas. Es decir, las funciones ejecutivas son las actividades mentales complejas que nos conducen a conseguir un objetivo, por lo tanto, están relacionadas con la capacidad para formular metas. Ellas nos permiten que podamos seleccionar, planificar y tomar decisiones voluntarias.
Dentro de las funciones ejecutivas encontramos:
Por lo tanto, en nuestra vida diaria necesitamos de las funciones ejecutivas para desenvolvernos en nuestro entorno y conseguir nuestros objetivos. Son imprescindibles a la hora de planificar nuestro día al levantarnos: qué tenemos que hacer y en qué orden, cuánto tiempo nos supondrá hacer cada cosa, así como ir de un sitio a otro, modificar nuestro plan por algún imprevisto surgido, etc.
Consecuencias de las disfunciones ejecutivas que pueden darse en la vida diaria:
Problemas asociados a las dificultades de las funciones ejecutivas:
La adquisición de las funciones ejecutivas se inicia de manera temprana en el desarrollo y se puede entrenar a lo largo de toda la vida, gracias a la plasticidad de nuestro cerebro.
A continuación, os proponemos una serie de actividades y ejercicios para trabajar las funciones ejecutivas en niños/as y adolescentes.
Sea cual sea la actividad, lo primero que debemos hacer es dividirla en etapas. Es decir, realizar una planificación y ordenar las etapas.
Este ejercicio consiste en crear un diccionario de emociones, en el cual iremos anotando las emociones y su significado, además las relacionaremos con momentos que expresen esa emoción.
Esto nos ayudará a conocernos mejor a nosotros mismos y favorecerá la autorregulación, la planificación y la inhibición.
Al practicar algún deporte, trabajamos la atención focalizada, además nos ayuda a tomar decisiones rápidas en cuanto a movimientos. Por lo tanto, nos ayuda a trabajar la anticipación y la flexibilidad cognitiva, ya que no siempre tenemos que reaccionar de la misma manera.
Al jugar a juegos de mesa debemos seguir unas instrucciones, además de respetar los turnos y planificar estrategias. Por lo tanto, existen muchos juegos de mesa que nos pueden ayudar a mejorar el entrenamiento de las funciones ejecutivas. Por ejemplo: La Torre de Hanoi, Mastermind, Dobble, Tres en raya, Jenga, Ajedrez, Jungle Speed, Cortex, Fantasma de Blitz, Tangram, Story Cubes, Time’s Up, Scattergories, Virus…